Tenía ojos azules como el cielo
Piel blanca y suave
como el algodón.
Su mirada era tan profunda
como un túnel, tanto que pude perderme en ella, transitar en la profundidad de
su alma.
Alma pura y limpia
como un cristal
A lo lejos pude sentir
como si hubiese rosado su piel, imaginar que la tocaba y que era suave como una manta de seda.
Recuerdo sus labios
rojos, y cuando paso su rosa lengua para remojarlos, creí ver como el mar se
besa con la playa.
En su cara un lugar
negro que parecía ser el inicio de un conjunto de pecas que adornan su bello espaldar.
Paso su mano por su
cabello completamente negro, pude observar sus dedos tan gruesos, varoniles que
despertaron en mí un deseo infinito de morderlos.
Lo admire mientras
estuve ahí, Hasta que infortunadamente tuve que partir. Alejando se de mi todo
sentimiento de atracción, este se diluyo en el extenso paisaje.
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